Si hay una tarea tediosa en verano, especialmente con este calor, ¡es la siega! Claramente preferiríamos disfrutar de la piscina que sudar a mares cortando nuestro terreno de césped. Afortunadamente, vivimos en una época en la que los robots cortacésped se están democratizando: se vuelven más inteligentes, más fáciles de instalar (sin más cable perimetral que instalar), más eficientes y mucho más asequibles financieramente. En este campo de modelos accesibles, llega el Mova 600, un robot cortacésped que promete segar hasta 600 m² sin cable, sin baliza, sin antena GPS, ¡solo armado con su Lidar 3D! Se coloca la base, se cartografía el jardín como si estuvieras pilotando un coche teledirigido, y el robot se encarga del resto, incluso en los días en que la hierba comienza a crecer muy rápido. ¡Vamos, lo desembalamos, lo instalamos y ponemos el Mova 600 a prueba en el día a día!
Desembalaje del robot cortacésped Mova 600
La caja del Mova 600 es bastante compacta en comparación con otros modelos. Hay que decir que este modelo no tiene cables por todas partes, sin balizas que instalar, ni antena al estilo de estación espacial que plantar al fondo del jardín.

Dentro encontramos el robot (relativamente ligero, alrededor de 10 kg, batería incluida), la estación de carga, un bloque de alimentación con un cable de 10 metros (práctico para no tener el enchufe justo al lado), un cepillo para limpiar el Lidar, algunos tornillos para fijar la base, un manual bien completo (y en francés, por favor), y un juego de cuchillas de repuesto.

El diseño es claramente uno de los puntos fuertes del Mova 600. Tiene un auténtico aspecto de coche deportivo, con acabados imitación carbono.



En la parte trasera, tenemos un asa que recuerda a un alerón.

En la parte superior, un capó magnético protege los controles del robot:

Aquí encontramos la rueda de ajuste de altura de corte, así como los botones de encendido, siega y retorno a la base.

Se siente que la marca, proveniente del grupo Dreame (especialistas en robots aspiradores), ha puesto todo en la estética. El robot es compacto, bastante bonito e inspira confianza. De hecho, hay algunas similitudes con el Dreame A1 probado el año pasado, comercializado bajo la marca Dreame.
Como se mencionó en la introducción: aquí no hay cable perimetral que instalar, no hay baliza, ni antena GPS absurda. Aquí, todo pasa por el Lidar 3D, ese famoso sensor que escanea el jardín a 360° y cartografía todo lo que ve. Es visible en la parte superior del robot. Hablaremos de ello más adelante, pero es el cambio radical del Mova 600.

Un pequeño detalle simpático: el cepillo que se instala en la base para limpiar automáticamente este sensor Lidar en cada pasaje:

Gracias a este sistema, el Lidar siempre estará limpio :)

Configuración del Mova 600
Instalar el Mova 600 es casi tan simple como enchufar un adaptador. Se coloca la base en un rincón plano del jardín (idealmente a la sombra, pero a veces no hay mucho que hacer), se fija con los tornillos proporcionados, se conecta la alimentación, y ¡voilà, listo!

La única verdadera limitación es respetar un metro de cada lado de la base para que el robot pueda maniobrar con tranquilidad.

Para emparejar, levantamos el capó magnético del robot, encendemos el botón de encendido/apagado y luego escaneamos el código QR con la aplicación Mova (disponible en iOS y Android).

Seguimos las instrucciones: creación de la cuenta, emparejamiento Bluetooth, conexión a la WiFi (obligatorio 2,4 GHz).



Y como suele ocurrir con este tipo de dispositivos, actualización del firmware (en este caso, hay que ser paciente, lleva unos minutos, pero es indispensable para tener todas las últimas funcionalidades).

La cartografía del jardín se hace al estilo de un coche teledirigido: guiamos el robot a mano (a través de la aplicación, como si fuera un joystick) para dibujar los límites de la zona a segar.

Es divertido, un poco divertido, y francamente accesible incluso para los menos expertos. Se pueden crear varias zonas, pasajes estrechos, zonas prohibidas (para evitar los macizos o la piscina), y hasta dos mapas diferentes (práctico si tienes una residencia secundaria o si compartes el robot con un vecino, solo hay que comprar una segunda base).


Una vista 3D de la cartografía también es visible en la aplicación. Es casi hipnotizante ver tu jardín modelado en tiempo real, con el progreso del robot en directo.

La aplicación es muy completa: se pueden programar horarios de siega (con diferencia verano/invierno), con la posibilidad de segar diferentes zonas de una programación a otra si se desea.

Se puede activar o desactivar la detección de obstáculos (ajustable entre 5 y 20 cm):

Elegir el patrón de siega: cruzado, damero…

Y hasta personalizar la voz del robot (¡sí, habla en francés!).

Una opción incluso permite definir las horas de carga, si deseas aprovechar las horas valle, por ejemplo.

También se puede seguir en tiempo real el progreso de la siega, recibir notificaciones y consultar el historial de tareas. En resumen, ¡la aplicación es extremadamente completa!
Solo la altura de corte debe ajustarse manualmente directamente en el robot, de 20 a 60 mm. Pero en la práctica es algo que se toca poco una vez configurada la altura adecuada.

Retroalimentación de uso: el robot que corta mientras tú disfrutas de un cóctel
El verdadero placer es cuando lanzamos la primera siega. El Mova 600 sale de su base, da una vuelta sobre sí mismo para calibrarse y luego ataca el césped con una precisión que impresiona. El Lidar escanea todo, el robot avanza en líneas paralelas, luego termina con los bordes. A veces pasa varias veces por el mismo lugar para no dejar nada sin segar, lo que da un resultado muy limpio (siempre que no tengas una selva de 20 cm de hierba desde el principio, por supuesto…).

En un terreno clásico (hasta 600 m²), se desenvuelve como un campeón. El ancho de corte es de 20 cm, lo cual no es enorme, pero compensa con una navegación metódica y precisa.

Puede segar durante aproximadamente 1 hora antes de regresar a recargarse (calculen 50 minutos para 80 m² en modo estándar, un poco más rápido en modo eficiente). La recarga toma alrededor de 1h30, y regresa solo a terminar el trabajo si es necesario.
En cuanto al ruido, es magnífico: 59 dB, se puede segar un domingo por la tarde sin que los vecinos se quejen. El robot es realmente silencioso, especialmente en comparación con un cortacésped térmico o incluso algunos robots competidores. El Lidar, por su parte, es casi inaudible, hay que pegarle la oreja para escuchar cómo gira.
La detección de obstáculos es eficaz: el robot evita árboles, juguetes, pelotas e incluso erizos (¡probado y comprobado!). Se puede ajustar la altura mínima de detección, lo cual es práctico para evitar que se detenga en cada matojo de hierba un poco alta. En caso de levantamiento o salida de la zona cartografiada, se activa una alarma (bueno, se puede desactivar fácilmente, pero sigue siendo un pequeño plus en términos de seguridad).

En las pendientes, se mantiene estable hasta un 45% (24°), sobre todo si optas por las ruedas dentadas opcionales (disponibles por un centenar de euros). En terreno húmedo o con musgo, el agarre es bueno, el robot no se desliza como ciertos modelos más caros. Se siente que el diseño es robusto, aunque el sistema de fijación de las cuchillas sigue siendo clásico (tres cuchillas sueltas, que se cambian con un destornillador).
El mantenimiento es súper sencillo: un cepillado de vez en cuando (¡gracias al cepillo en la base!), posiblemente un enjuague a presión (IPX6), y ¡listo! La batería es fácilmente accesible y reemplazable, lo cual no siempre es el caso en la competencia.

En un terreno complejo, con árboles, macizos, una terraza e incluso un pasaje estrecho, el Mova 600 se desenvuelve muy bien. Solo hay que hacer bien la cartografía al principio, y el robot respeta escrupulosamente los límites, sin rozar la carrocería contra las paredes (gracias a un parachoques bien diseñado). Se respetan las zonas prohibidas, y si queda una pequeña franja de hierba a lo largo de un obstáculo, un corte de bordes ocasional es suficiente para perfeccionar el resultado.

En uso, es realmente cómodo. Imagina: te vas de vacaciones, programas el Mova 600 para que pase el sábado por la mañana. Al volver, el césped está impecable, los bordes están hechos, y no has tenido que mover un dedo.
O, si compartes el robot con el vecino de atrás (cada uno su base, cada uno su mapa), y divides el costo. Práctico, ¿verdad? Y si tienes una casa de campo, solo necesitas transportar el robot y colocarlo sobre la segunda base, reconoce la cartografía y se va como si nada.
Mova 600: un robot que cambia la vida (y el césped)
Después de varias semanas de uso, el veredicto es claro: el Mova 600 cumple con el trabajo, y lo hace bien. No más perder tiempo segando, no más cables que instalar, no más dolor de cabeza con los ajustes. Programamos, cartografiamos y dejamos que siga su curso. El robot se adapta a todos los terrenos (o casi), evita obstáculos y deja un césped impecable.
¿Una pequeña objeción? El capó magnético, aunque de diseño, habría merecido una bisagra para facilitar el acceso al control de altura de corte. Y el sistema de alarma antirrobo, aunque útil, puede desactivarse un poco demasiado fácilmente a mi gusto. Pero, francamente, a ese nivel de precio (actualmente a 849€ en promoción), es difícil ser exigente.
En resumen, no es perfecto (ningún robot lo es), pero cumple con todos los requisitos para un uso familiar, en superficies de hasta 600 m².
Cabe señalar que para terrenos más grandes, también está disponible una versión que soporta hasta 1000m2.
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